Por: Leonardo Guerrero Silva. Abogado con experiencia en investigación de temas jurídicos, toma de decisiones, proyección de fallos, sentencias, resolución de recursos y toma acertada de decisiones en derecho. Interpretaciones jurídicas, manejo de la hermenéutica jurídica como herramienta para aplicar la norma a casos concretos

La paz, un Derecho Constitucional que se encuentra inmerso desde el preámbulo y precisado en el artículo 22 de nuestra Carta Magna, quizás uno de los derechos violados en nuestro territorio. Desde el discurso de posesión del pasado 07 de agosto de 2.023, nuestro presidente, planteó que este cuatrienio, sería el gobierno de la vida, de la paz y que así sería recordado. Por tanto, nuestro presidente, decidió priorizar el derecho a la paz, denominando como una de sus principales políticas públicas de gobierno, “La Paz Total” que es una de las metas del Plan Nacional de Desarrollo.

La paz, es un sueño para cada uno de nosotros los colombianos y pocos saben que es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento por parte del Estado, toda vez que hace parte de los fines esenciales de su existencia.

La ejecución de la Paz total, como política pública, ha encontrado innumerables obstáculos, en virtud de que la violencia en Colombia, tiene multiplicidad de actores armados en conflicto y factores multisectoriales que la generan, como la ausencia estatal, la injusticia social y la inequidad. Lo anterior, hacen que la posibilidad de la mutabilidad permanente de la violencia, sea difícil de identificar y de constante cambio de actores.

Los ejemplos de mutabilidad de actores y factores que han generado la violencia en nuestro país, los tenemos enmarcados a lo largo de nuestra historia como República. Nuestro país ha vivido al menos 10 Guerras Civiles desde 1.820, aparte de este fenómeno de guerras civiles, hemos tenido conflictos con actores determinados, como el narcotráfico, los paramilitares, bandas criminales y los movimientos de guerrillas, alzados en armas en contra del gobierno.

El enquistamiento de violencia generalizado en todo nuestro territorio por más de 200 años, a veces hace olvidar que, el país en sus intentos de disminuir los conflictos generadores de violencia, ha estado en los últimos 50 años, en múltiples negociaciones de paz de manera casi que ininterrumpida, comprender y rememorar estos esfuerzos en la búsqueda de la paz, nos permitirá visualizar que esta política pública llamada “Paz Total”, puede superar la voluntad Gubernamental y que no es fácil ni es solo cuestión de voluntad, poder llegar a los objetivos trazados.

Situaciones como, la sucedida con el secuestro del padre de nuestro futbolista, Luis Díaz, pueden poner en duda de las voluntades de los actores conflictos, en la búsqueda de poner fin a hostilidades y del inicio de las negociaciones de paz. 

La paz, sometida a voluntades particulares de cada actor del conflicto, genera que, la política pública promovida por el gobierno de “Paz Total” sea por momentos inestable en su aplicabilidad. Se deberá insistir en que los grupos armados detengan sus acciones, exigir de los actores el cese de violencia y dejar de lado aquella teoría que pregona que, para poder negociar, hay que presionar, lo anterior, acudiendo a la historiografía de algunas negociaciones buscando la paz, quien ha sido y es afectado en estos procesos, siempre ha sido la ciudadanía.

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